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martes, 13 de agosto de 2013

Paraíso perdido

En mi última salida lo que perseguí fue a las preciosas pintonas que pueblan las gélidas aguas de los ibones del precioso Valle de Benasque. Los que me seguís asiduamente sabéis que en este rincón del Pirineo se desarrolla la totalidad de mis jornadas tras las truchas. Esta vez volvía a un ibón que no visitaba desde hace ya unos años, cuando subía acompañado de mi padre. En aquellos tiempos cada una de nuestras incursiones a este lago acababa con alguna captura, nunca hicimos bolo aquí. Por eso quizá, junto a la particular belleza cautivadora del ibón me hizo decidirme para enseñárselo a Laura.


Llegamos allí a la hora justa, en el preciso instante en el que los rayos del sol empezaban a acariciar la superficie del ibón. Se veían numerosas cebas a lo largo de toda la orilla y al aproximarme a ella pude comprobar que un considerable número de pequeñas truchas poblaban las aguas someras. Gran noticia. Ni en sus mejores tiempos se podían ver tantos juveniles que garantizarán el futuro de la población truchera de este rincón. Por supuesto no había ido a por esos pezqueñines, así que empecé a explorar las orillas repitiendo el ritual que siempre desarrollo en estos escenarios.


Conforme avanzaba la mañana y donde debería haber encontrado truchas adultas sólo encontraba juveniles empecé a fijarme en estos. Fue entonces cuando me percaté de que no se trataba de pequeñas truchas, sino de otros peces sin aleta adiposa y con una banda longitudinal, más oscura, en cada uno de los flancos. Mostraban una gran voracidad: cuando posaba mi mosca acudían muchos de ellos a por ella, mordisqueándola de inmediato, pero su pequeño tamaño impedía que llegaran a tomarla entera. Al fin pude hacerme con uno de ellos en el pequeño regato que entra en el ibón, donde decenas de ellos se afanaban por remontar la escasa corriente.


Así comprobé que los cientos de pececillos que ahora poblaban el ibón donde no quedaba rastro de truchas tenían una vistosa y colorida librea, además de presentar tubérculos nupciales en la cabeza, indicando que se encuentran en plena freza. Una rápida búsqueda en internet, ya de vuelta en casa, me confirma mis sospechas: se trata de piscardos (Phoxinus bigerri) una especie de la que había oido hablar pero que nunca había llegado a observar. Al parecer se trata de una especie autóctona en la cuenca del Ebro, pero su uso como cebo vivo (por supuesto totalmente prohibido) ha provocado una importante dispersión más allá de su área de distribución natural.

Desde luego en este ibón no estaba presente hace unos años, lo que me hace pensar que ha llegado aquí traído por algún furtivo, ya sea como cebo propiamente o para ampliar la dieta de las truchas, posibilitando que se críen mayores ejemplares. Pero también he leído que la gran voracidad del piscardo (que como digo pude comprobar al ver cómo atacaban mi mosca) hace que pueda ser nocivo para las truchas ya que se alimentan de los huevos de éstas.

Este ibón dispone de una cuenca vertiente extremadamente reducida, y los aportes de agua llegan por el pequeño riachuelo al que he aludido antes. Esto provoca que la capacidad de reproducción de la población de trucha sea bastante limitada lo que, unido a la depredación de los huevos por los piscardos y la más que segura pesca furtiva, ha conducido a la aparente (y casi segura) desaparición total de las truchas de este lugar. Un lugar al que consideraba un paraíso y que ha desaparecido para siempre.

Saludos y buena pesca

16 comentarios:

  1. Esos ibones!!!!! Maravilloso!!!!! Un saludo desde Jaca.

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    1. Veo que estás disfrutando de las vacaciones por tu tierra. Me alegro, que pases unos buenos días por ese entorno también precioso. ¡Saludos!

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  2. Hola tocayo, se dice por ahí que los piscardos los introdujeron los franceses hace años como bien dices por esas cuestiones que nombras.
    Cada ecosistema o ibón es un mundo, conozco algunos con gran abundancia de este pez pasto que siguen manteniendo una buena población de trucha, aunque si hay muchos otros tambien en los que su impacto ha sido negativo. Una pena.
    Un saludo

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    1. Hola Jorge. Aquí la introducción no pudo ser hace más de 10 años (no recuerdo bien la fecha de mi última subida, pero seguro que no hace más), o por lo menos entonces la población de piscardos estaba mucho más controlada por las truchas, no se veía ni uno. Una pena, por lo menos quedan todavía unos cuantos ibones más en los que se pude disfrutar (mientras no declaren el Parque Nacional, que esa es otra)
      Un saludo

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  3. Muchas gracias por tus amenas crónicas, que sigo con mucho placer. Soy pescador veterano, de ibones también, y he disfrutado en el ibón que señalas. El problema del piscardo hace ya bastantes años, como unos 15, que vá a más en la mayoría de los ibones. Cada vez hay más. Si bién constituye un importante alimento para las truchas, sobre todo para las mayores, sinembargo han hecho que las truchas modifiquen sus hábitos y ya no mosqueen como antes. De hecho en lugares y horas donde antes se pescaba muy bién con mosca, ahora es muy difícil engañarlas... al menos esa es mi humilde experiencia. Un saludo y gracias de nuevo por la calidad de tus artículos. Miguel Angel.

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    1. Hola Miguel Angel, bienvenido a mi rincón de internet y muchas gracias por tus palabras. Intento enseñar lo poco que sé y contar algunas batallitas, es genial saber que gusta ;-) Por supuesto muchas gracias también por animarte a comentar. Te animo a hacerlo más a menudo, los comentarios enriquecen las entradas.
      Cuando hablas de 15 años, ¿te refieres a este ibón en concreto? Lo digo porque yo nunca los vi, aunque he de reconocer que el cambio de cucharilla a mosca me ha hecho bastante más observador.
      Y cuando al hablar de un cambio en la actitud de las truchas, ¿lo haces en general o insinúas que aún quedan en ese ibón? Lo digo porque valoré que quizá estuvieran en aguas más profundas, lejos de mi vista. Pero me incliné por pensar en su "extinción" porque el agua estaba muy muy clara y supuse que de estar allí y alimentarse de los piscardos deberían estar merodeando más cerca de las orillas, acechándolos.
      Un saludo y, de nuevo, gracias por aportar tu experiencia.

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    2. Hola Jorge, disculpa por mi tardanza en contestarte. Ese ibón lo pesqué por última vez hace quince años!!! (Dios mío qué viejo soy...) no recuerdo entonces haber visto piscardos en él, pero en otros ibones de otras cuencas ya los había en abundancia. Seguramente seguirá habiendo truchas en él, pero como te digo, estas cambian sus costumbres de alimentación y con la mosca ya no es como antes....ya no mosquean igual.... el pasado mes de Julio, en otro ibón con abundantes piscardos, tuve la ocasión de colocar el tricóptero encima de la cabeza de numerosas truchas paseantes en superficie, sin obtener ninguna picada... esto antes no solía ser normal...creo que se vuelven más ictiófagas y menos mosqueras....cazan más en profundidad, pero es un hecho que cada vez hay más piscardos...y desde luego que estos constituyen un buen aporte de alimentación para las truchas.... un saludo

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    3. Gracias por volver, Miguel Ángel. Hace 15 años tú no los viste, y yo hace unos 10 tampoco, así que me parece que la cosa es más reciente. A mi lo que me asustó fue no tener ni siquiera la oportunidad de colocar la mosca sobre una trucha y que pasara de ella: no vi ni una. Supongo que la próxima vez que me encuentre en una situación así tocará atar un estrímer aunque sólo sea para aprovechar la subida, porque no me gusta demasiado pescar a ciegas...
      Un saludo

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    4. Hola, Jorge. En los ibones es relativamente frecuente "no comerte un rosco". A veces no se ve ni una, pese a que "ellas" están. Es una pesca muy incierta, así que no te extrañe que a veces parezca que no las hay. Yo personalmente pesco más con estrímer que con seca, pero a veces ni con el primero las ves. Un afectuoso saludo. Miguel Angel

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  4. Espero que lo que haya ocurrido sea lo que comenta Miguel Ángel, porque al menos significaría que las truchas no han desaparecido.
    He visto embalses en los que las truchas llegan a convivir con basses y carpas. Lo malo es si en un momento puntual hay una explosión demográfica de la especie invasora.
    Al final, el hombre metiendo la pata.

    Saludos

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    1. Esperemos... Aunque la verdad, las truchas tampoco estaban allí de forma natural, así que si han desaparecido simplemente habrá sido una transformación más. La lástima es que, como pescador (esporádico) de truchas, he perdido un destino precioso. Otros habrá...
      Un saludo

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  5. Mal asunto el de los piscardos, eso es que algún furtivo o pescador con cebo ha soltado al lago los que le sobraban y ya está montado el desastre con efecto retardado...

    Aqui sufro peces gato, percasoles, alburnos y ahora siluros... o mejor dicho pescadores desaprensivos e ignorantes. Auguro que los grandes pantanos del Tajo pronto harán competencia a los del Ebro en el tema siluril y que su suelta hace años ha sido totalmente interesada y nada azarosa.

    Lástima de truchas de Ibon. Las de mis gargantas aún se salvan, pero ¿por cuanto tiempo?....

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    1. Hombre, aquí tenemos todas esas especies, pero por ahora los reductos trucheros todavía sobreviven, aunque a duras penas. El origen de los piscardos está más que claro. Puede que sea una especie autóctona en la cuenca del Ebro, pero desde luego a ese ibón (o a ningún otro) no han llegado nadando.
      Pues ya verás la cara de idiota que se le quedará a más de un gobernante de esta tierra cuando el Tajo le haga competencia siluril al Ebro, ya que están tratando de salvar esa especie a toda costa por el simple interés económico. Una lástima.
      Espero que aguanten mucho tiempo esas truchas, por ti, por las gargantas, y por la naturaleza en general.
      Un saludo

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  6. Lastima que hayas perdido otro paraiso, al final siempre hay algun desaprensivo que los acaba jodiendo.
    Me extraña que no hubieras visto piscardos, pues los hay a cientos en "nuestro" río, no con una librea de tonalidades tan intensas, pero los machos visten los mismos colores en freza, alla por finales de mayo.
    Espero que en tu proxima expedicion a ese ibon te lleves alguna sorpresa en forma de trucha trofeo.
    Un abrazo!

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    1. Pues no, no los había visto. O por lo menos no me había fijado demasiado en ellos, supongo que los tomé por gobios, alburnos o cualquier otra minitalla. Aunque ahí parece ser más normal encontrarlos, puede que incluso sean autóctonos 100% (habría que ver el área de distribución original de la especie antes de que fuera usado como cebo)
      Quizá queden truchas, ojalá, pero no sé yo si volveré a subir de propio a probar. No me gustaría volvérmelo a encontrar sin ninguna pintona a la vista.
      Saludos

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    2. En efecto, hace treinta y pocos años pesqué unos cuantos en la parte baja de "nuestro rio"...se tiraban a la mosca ahogada como locos....y eran piscardos. Un saludo a Jorge y a ti Barbos del zierzo, cuya página consulto con verdadero placer....da gusto leer vuestras crónicas. Miguel Angel.

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