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domingo, 28 de abril de 2013

Mi padre el pescador

Si algún día llego a ser un buen pescador será porque desde mi infancia tuve un gran maestro. Alguien que me transmitió no sólo la pasión por la pesca, sino también el amor por la naturaleza y ese espíritu curioso con el que hay que mirar a nuestro alrededor.

 
Siempre quedarán en el recuerdo aquellas ascensiones hacia los ibones en busca de las preciadas pintonas. Aún hoy siento esa emoción recorrer todo el cuerpo al llegar a las orillas de uno de ellos justo cuando los rayos de sol empiezan a acariciar sus aguas. Montar el aparejo en silencio y contener los nervios en los primeros lances para después soltarlos todos juntos en tremendos gritos de júbilo al notar el tirón al otro lado de la línea. Y todavía suelto aquellas maldiciones que traspasaban barrancos y pedreras cuando una trucha nos ganaba la batalla.


Sus nietos lo fueron todo para él en sus últimos tiempos. No se puede explicar con palabras el amor que les profesaba, pero una aproximación sería el tiempo que pasaba fantaseando con cómo pescaría con ellos las más bonitas truchas. Esa sonrisa que se dibujaba en su cara al mostrarles sus capturas iluminaba de inmediato la estancia. Qué decir de cuando les veía con una caña entre las manos. Con ellos ya son 3 las generaciones de pescadores del linaje que con él comenzó. Pero tendremos que ser otros los que les transmitamos todo ese amor y dedicación necesarios para forjar en ellos unos pescadores.


Hoy ya es su quinto cumpleaños en el que no está aquí para celebrarlo con nosotros. A veces pienso que la enfermedad fue un pez demasiado poderoso para dejarse vencer, aunque la caña del padre pescador siguió en lo alto a lo largo de toda la pelea. Todo un ejemplo que seguir del mejor compañero de pesca que he tenido, ¡y qué alto dejó el listón!


Sé que en ciertos momentos sigue acompañándome cuando estoy pescando. Por supuesto no estoy hablando de "presencias" ni de "observaciones desde el más allá" Hablo del recuerdo y la sensación de plenitud que me inunda cuando consigo engañar un pez difícil en el enésimo intento, al ver aparecer las aguas de un ibón tras el último collado, al ver el sol ocultarse tras el horizonte en la quietud del atardecer o cuando Alberto y Adrián me acompañan de pesca llevando en sus manos las cañas con las que él pescó trantas truchas.

¡Felicidades papá!

7 comentarios:

  1. Emotivo relato Jorge...me sumo a las felicitaciones..estoy seguro que tu padre estará orgullosísimo de tí..
    Un abrazo amigo.

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  2. Emotiva y bonita entrada Jorge. Creo que los recuerdos más hermosos que se pueden tener de un padre son en los que compartes algún tipo de afición con él.

    Que no se corte la saga!!!

    Un abrazo

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  3. Es verdad. Yo he sentido lo que dices. El “padre pescador” nos acompaña en la memoria y no como un recuerdo pasado sino como una emoción muy presente que no se va ni se atenúa. Nada de eso lo aleja el tiempo ni los años. Tal vez sea lo contrario, los años nos hacen sentir todo lo que vivimos con él de una forma más nítida y cercana, más precisa. Tal vez porque en los ríos, pescando, la relación con el “padre pescador” es otra muy distinta a la de la vida cotidiana y otra la intensidad y las alegrías. Nunca se atenúa la tristeza, pero tampoco aquella intensidad o aquellas felicidad tan simple, compartida.
    Te entiendo muy bien Jorge. Es un privilegio haber tenido, tener un "padre pescador", sé que así lo sientes.

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  4. Hay caminos que hemos recorrido que uno necesita volver a recorrer. Los recuerdos son una forma de volver a esas sendas.
    Mi padre ahora no pesca, dejó la afición hace un tiempo. Pero eso no quita que uno tenga muy vivos diversas escenas incluso olores, sonidos. Hace poco recordé uno de esos lances. También recuerdo a mi madre cuando me acerco a las pozas. Yo creo que su perdida derivó en un paulatino alejamiento de la pesca por parte de mi padre.
    La foto de los Aigualluts me traen enormes y vivos recuerdos. Ahí esparcí la cenizas de mi suegro y ahí espero bagar cuando llegue mi momento.
    Bonita entrada Jorge

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  5. Todos tenemos o hemos tenido algún maestro, ya sea en la pesca o en la vida. Tu padre lo ha sido en ambas cosas y se ve que el alumno reconoce su mérito, con un merecido homenaje. Espero que esas enseñanzas sigan traspasando las barreras del tiempo, para que esa persona que fue la primera de la estirpe de pescadores en vuestra familia, siga viva por mucho tiempo, en vuestras mentes y que esté presente en cada nueva jornada de pesca.

    Saludos

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  6. Wow Jorge. What a great post. Well said.

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  7. Muchas gracias a todos por vuestros comentarios, compañeros. La verdad es que estaba un pelín más sensible de lo habitual y necesitaba hacerle esta dedicatoria a quien me introdujo y acompañó tantos años en esto de la pesca. Un saludo a todos.

    Thank you for your comment too, Ty.

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