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domingo, 8 de noviembre de 2015

Barbos en la niebla

Estos días podemos disfrutar de esos días mágicos conocidos desde hace tiempo como "veranillo" de San Martín. Un breve periodo cálido que frena momentáneamente la instalación definitiva del invierno en nuestras latitudes. Para mi suele suponer el punto y final de la temporada, ya que poco después llega el frío y las salidas de pesca pasan ser más bien escapadas a la naturaleza. Este año he tenido la oportunidad de despedir la temporada en el mismo sitio que el año pasado, en tierras castellano-leonesas.


Se suele asociar el buen tiempo al sol, pero sería más adecuado hablar de tiempo estable, anticiclónico. Y en esta época del año un anticiclón como el que está detrás del "veranillo" puede traer nieblas a primeras horas de la mañana. No podía ser de otra manera en los alrededores de una masa de agua como es un embalse. Así es difícil situar el límite entre el cielo y el agua, puesto que el aire está también saturada del líquido elemento. También es enormemente complicado, en esas condiciones de luz, localizar a los peces. Por eso muchas veces la detección de éstos llega tarde, cuando ya huyen despavoridos.
Otra dificultad asociada a estas condiciones meteorológicas es la de conseguir templar los nervios en las subidas de los peces hacia la mosca. Porque si a la niebla le cuesta levantarse, a los peces no les cuesta menos llegar a la superficie. De ahí que sea frecuente fallar peces al clavar en vacío, antes de que el pez haya alcanzado la mosca.


Pero se puede tener éxito en estas condiciones. Las claves, a mi modo de ver, son dos. La primera, una aproximación mucho más lenta que de normal, si esto es posible. Hay que dar cada paso con mucho cuidado, habiendo escudriñado bien el fondo buscando los movimientos de los peces. La segunda es una muy buena templanza de los nervios, esforzándonos mucho en no clavar antes de hora.
No dar el tirón si el pez no tiene la mosca en su boca y ésta no está cerrada es vital. Incluso tras un rechazo, si el pez sigue cerca, puede que vuelva a entrar a la mosca si la dejamos ahí. Esto me ha pasado algunas veces, una de ellas hoy con un muy buen ejemplar que ha conseguido romper el hilo antes de que lo pudiera acercar a la sacadera.


Se acercan meses de montaje y de recordar la temporada que se acaba. Y poco más que eso podrá haber en el blog si saco algún ratillo para actualizar. Habrá que dejar ir a la temporada, como hacemos con los peces al liberarlos, con la esperanza de que volverá el año que viene para que la pesquemos. Buena pesca.