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domingo, 7 de julio de 2013

Bigotudos atruchados

Seguro que muchos de vosotros, si no todos, habéis visto en las pescaderías la famosa "trucha asalmonada" que, creo, no deja de ser una trucha arcoiris de piscifactoría alimentada con pienso con colorantes que provocan que su carne tome un tono salmón. Pues bien, el título de esta entrada no hace referencia al color de la carne de los barbos pescados (cosa que nunca he visto y nunca pienso ver) sino más bien a cómo varía su comportamiento dependiendo de las características del río en el que viven.


Mis jornadas tras los barbos en río tienen lugar generalmente en el curso medio-bajo de grandes ríos. La característica más destacable de estos tramos es que el cauce se desarrolla directamente sobre los depósitos del propio río. Es decir, el lecho está compuesto de cantos redondeados de diverso tamaño y algunas barras de arena con escasas manchas de limos localizadas en los remansos. Y mucho más escasos son los puntos donde la roca viva aflora de entre los depósitos fluviales. Esto condiciona que las posturas dominantes sean raseras de gravas que alternan con pozas más o menos profundas donde se remansa el agua, siendo extremadamente escasos los saltos de agua. En estos ambientes los barbos se dedican a remover el fondo en busca de alimento, ya sea en zonas con más corriente como las raseras o en zonas más remansadas como las pozas. De vez en cuando, sobretodo cerca de las orillas de éstas últimas zonas, también miran de reojo a la superficie atentos disponibilidad de algún insecto caído al agua o arrastrado por la corriente. Por todo ello, si pescamos a ninfa habremos de conseguir que ésta pase literalmente por delante de sus morros, porque no se desplazarán demasiado a por ella. Si tenemos suerte de ver un ejemplar menos concentrado en el fondo quizá podamos presentarle una mosca seca: una posada enérgica simulando la caída del insecto al agua suele desencadenar la picada.


Sin embargo, el otro día durante mi "peregrinación" al Pirineo y sobretodo motivado por el elevado caudal que bajaba por el cauce principal, decidí probar suerte en un afluente que resultó ser distinto a lo que estoy acostumbrado. Las gravas eran extremadamente escasas, y el lecho estaba compuesto casi en su totalidad por roca viva y grandes rocas. El río era una sucesión de pocillas y pequeños saltos, un caos de corrientes y remolinos donde de vez en cuando una barra de gravas creaba una pequeña rasera. Me enconté ante un río pirenaico, truchero (sobre el papel, porque pintonas no vi ninguna) y por lo tanto los barbos estaban "atruchados". Aquí los bigotudos estaban puestos tras las grandes rocas u orillados en las pozas de roca viva, siempre esperando a que la corriente les trajera algo de alimento. Estos barbos son más dados a desplazarse a por la comida y no es necesario esmerarse tanto en acercarles la imitación. Al principio, hasta que cambié el chip, fallé varias picadas debido a que esperaba la llegada de la ninfa a la altura del pez y siempre me sorprendían con su ataque, pillándome desprevenido. Otras veces espanté a los barbos al desplazarme por el río debido a que no esperaba encontrármelos en esas posturas tan "trucheras" y a que esas corrientes más vivas crean un complejo mosaico de reflejos y sombras en el que es difícil localizar al pez antes de que él nos localice a nosotros. Pero al final supe sobreponerme a las adversidades y conseguí tocar escama. Fueron algunos barbos de tamaño discreto que atacaban la mosca nada mas caer ésta al agua, sin dejar tiempo a que los barbos mayores, a los que que lanzaba, la vieran. Eso sí, también logré hacerme con uno de tamaño más respetable que estuvo más avispado que los peques.


El ratillo de poco más de una hora que pasé en ese río tan diferente a lo que estoy acostumbrado fue aleccionador y por ello muy satisfactorio, ya que me obligó a sacar lo mejor de mí para conseguir resultados. Y es que, en esto de la pesca, la cuestión es adaptarse o no pescar.

9 comentarios:

  1. Aunque cortita, muy buena jornada Jorge.
    No podrías haber resumido mejor el comportamiento de nuestros amigos en ríos de grava, y eso, creo, es lo que los hace tan complicados de pescar a mosca en ese tipo de escenario.
    Sin embargo, también pueden cambiar rapidamente de comportamiento y "atrucharse" ante la falta de alimento en el lecho, como ha ocurrido en varias ocasiones tras las grandes avenidas en "nuestro" río. (sobre esto hice un breve comentario en una entrada del blog "http://barbosdelzierzo.blogspot.com.es/2012/11/un-nuevo-comienzo.html")

    Me alegro de que pudieras disfrutar de esos barbos en un escenario tan bonito. Espero poder disfrutarlos pronto yo también.

    ¡Un saludo!

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    1. Gracias David. La verdad es que escapé a este afluente al final de la jornada porque estaba cansado de tanto caudal en el río principal, y resultó que fue una buena decisión.
      Se me pasó por alto esa observación que hiciste en esu día. Es curioso como se tienen que espabilar cuando la comida escasea. Yo particularmente no los había visto nunca así.
      A ver si es verdad y los disfrutas pronto ¡y nos lo cuentas!
      Un saludo

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  2. Pues coincido en el comentario. Aunque corto, muy bien explicado. La semana pasada pasé por un río donde hace años iba expresamente a por barbos. En esta ocasión no iba de pesca, iba de curro. No obstante me paré para ver si estaban ahí y rejoder, no solo estaban sino que creo que aplaudieron con las aletas. Es un pequeño río donde conviven con truchas, aunque estas ultimas de forma muy aislada. A ver si esta semana les puedo tocar los bigotes.

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    1. ¿Corto? ¡Pero si me parecía un ladrillo conforme lo estaba escribiendo! Aunque bien es cierto que después le metí la tijera "estilística" ;-)
      Espero que ya hayas podido darles caña (y hayas tocado escama) y si no, que lo hagas pronto. Un abrazo

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  3. Que buen titulo le has puesto a tu última entrada!! Me ha encantado!!
    Jorge felicidades por esa jornada te lo pasate de miedo!! jejeje. Los barbos en determinados rios tienen el mismo comportamiento que las truchas te lo digo porque lo que cuentas ya me a pasado en más de una ocasión.

    Ah!! un buen barbo si señor, felicidades por esa captura!!

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    1. Muchas gracias Luis. Sí que estuvo bien, si. Lo que nos toca como pescadores es observarlos para saber cómo se comportar y actuar en consecuencia.
      Un saludo

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  4. Precioso río, me gusta mucho, el comportamiento de los barbos cambia mucho respecto a la zona, y en los propios ríos su zona de "alimentación" es inversamente proporcional al caudal del río.

    Bonito barbo si señor!

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    1. Esa relación inversa que comentas es algo que tenía más o menos observado, si tú tambien lo has visto tiene más visos de ser cierto... Un saludo y gracias

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