El día pintaba muy bien, soleado y con poco aire. El problema fueron las condiciones del río: ligeramente alto y muy turbio. Ya sabíamos que iba a estar complicada la tarea de localizar a los peces y detectar la picada. Aún así alguno fuimos clavando, aunque no fuimos capaces en ningún caso de acercarlos a nuestras manos. Por lo menos Lakme pudo aprovechar para entrenar la vista localizando barbos.
El mejor momento de la "primera manga" quizá fue el rato que pasamos los cuatro sentados en un tronco dentro del río charlando y comiendo. Para enmarcar. Lo malo es que mientras tanto Lorenzo subía más y más en el cielo, y cuando los rayos caían a plomo, con un calor sofocante, nuestros queridos peces se escondieron en las profundidades de las pozas y sólo subían a la superficie a cebarse en no sabemos qué insecto. Algún valiente incluso aprovechó para darse un baño, y es que la verdad es que el día lo merecía.
Con semejante panorama decidimos que lo mejor que podíamos hacer era acercarnos al bar más cercano a beber cervecita bien fría y dejar pasar las horas más tórridas. Después, y ya sin Lakme, nos dirigimos a otra zona con la certeza de que, por estar bajo un azud que deriva bastante caudal, las condiciones de nivel de agua y turbidez iban a ser más óptimas. Y acertamos, si no fuera porque el sol estaba muy bajo ya y los reflejos hacían imposible ver a los peces adecuadamente. Por lo menos a los que no estaban frezando, porque el punto esperanzador nos lo brindaron un grupo de barbos que encontramos dándole que te pego en una corriente. Con muy poco tiempo para pescar, David y yo lo intentamos con las carpas en una gran tabla, pero sólo una quiso entrar a la pupa de quironómido.
Así pues el saldo piscatorio no fue demasiado satisfactorio, y sobretodo teniendo en cuenta que la quedada era para ir a por barbos. Pero nos tenemos que quedar con el hecho de habernos conocido, comenzando lo que seguro será una gran amistad y el germen de numerosas jornadas mucho más exitosas, y el poder compartir con los demás nuestras zonas predilectas.
Un saludo y ¡buena pesca!