Translate this blog

martes, 2 de junio de 2015

Selectividad

Con el título de la entrada no me refiero a la dura prueba que pasarán mis alumnos de 2º de bachillerato la próxima semana buscando una plaza en la carrera elegida. No, me refiero al carácter que muestran en ocasiones nuestros amigos con bigotes: carpas y barbos.

Estos peces tan poderosos y deportivos son muchas veces despreciados por pescadores de otras especies supuestamente más "nobles". Uno de los argumentos para este desprecio es la fama de tontorrones que se les atribuye. Pero nada más lejos de la verdad. Si bien es cierto que en ocasiones pican a ¿imitaciones? bastante estrambóticas que no se parecen a nada que pueble las aguas (al menos las de la Tierra), en otras ocasiones se ponen muy dignos y hay que afinar en la elección de la artificial. Al fin y al cabo, ¿no entran las pintonas a los perdigones y otras veces nos vuelven locos buscando la imitación adecuada?

Recientemente he sufrido esta selectividad de los ciprínidos en mis propias carnes. Al llegar a la orilla del embalse encontré numerosas hormigas aladas revoloteando por todos los lados. Hasta aquí todo normal, incluso muy prometedor dada la afición de los bigotudos por las "alaicas". Pero no todo podía ser tan bonito, y es que las hormigas eran mucho más pequeñas que cualquier imitación que tenía en mis cajas. La diferencia de tamaño puede parecer pequeña, pero no es así a juzgar por la reacción de los peces ante la imitación. Algunos, los más, simplemente pasaban de largo aunque se acercaban para echarle un vistazo. Otros subían a por ella pero, al verla de cerca, daban media vuelta y huían como si hubieran visto al demonio. Quité las alas para comprobar si el problema radicaba en un exceso de brillos pero el resultado fue el mismo.


Algunas carpas subían a por la imitación, tuviera ésta alas o no, e incluso llegaban a intentar succionarla. Pero la espantada venía después, al segundo o tercer intento de tomar la mosca. Mi teoría es que intentan succionarla pero, como están montadas en foam, su flotabilidad es mucho mayor que la de las naturales, por lo que no se hunde como éstas. Entonces el pez se percata de que hay gato encerrado y pone aletas en polvorosa.

Para colmo, las hormigas más pequeñas de mi caja eran restos de la época en la que no tenía en consideración el grosor a la hora de elegir anzuelo para montar las moscas para barbos. Ahora ya sé que estos peces necesitan anzuelos potentes para soportar los embates del pez durante la pelea, pero por si acaso ya se encargaron ellos de recordármelo.


No los llegaron a poner rectos, pero fueron varios los anzuelos que abrieron lo suficiente para poder zafarse. Menos mal que a pesar de la selectividad que mostraron y de las limitaciones del material me pude hacer con alguno. Como siempre, después de la pelea y la foto extremando las precauciones para minimizar al máximo los daños, tocó devolverlos sanos y salvos al agua. Por el bien de su especie y la de nuestra afición.


Así que mi recomendación es llevar un repertorio variado de moscas y no solo las típicas imitaciones grandes en foam (que también) y, sobre todo, utilizar anzuelos de la máxima calidad posible para asegurar las capturas.

Un saludo y ¡buena pesca!

6 comentarios:

  1. Vaya, de tontos no tienen nada, yo llevo en esto poco y hasta hace poquísimo me desesperaba por que no era capaz de clavar ningún barbo ni ninguna carpa. He necesitado una decena de bolos para empezar a conocer (un poco) de que va esto. Un saludo y precioso barbo, a seca tiene que ser la leche marinera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nada de nada. Y eso puede que sea lo que más me engancha, además de la poderosa pelea que dan. En fin, práctica, práctica y más práctica. Un saludo

      Eliminar
  2. Hola Jorge! Me alegra leerte y que al final consiguieses engañar algun que otro barbo en esa jornada.
    No puedo estar más deacuerdo en cuanto a la selectividad de estos peces, cuando comen a algo en concreto, poco caso hacen a lo demás.
    Hace unas semanas, me pasé un rato por "nuestro" río y ocurrió algo similar, aunque esta vez con una eclosión de caenis que los mantuvo muy activos toda la mañana. No aceptaron ninguna otra imitación que no fuese esa, aunque en cuestión de selectividad por tamaño, me gustaría matizar, y añadir que podría depender del tipo de aguas y la claridad, ya sabes que los cénidos son minúsculos, sin embargo, las imitaciones las hago en un 16 por el tema de resistencia de los anzuelos, y aún con el agua bastante clara, en zonas de cierta corriente las tomaban sin pensarlo.

    Espero que podamos concretar pronto esa reunión que quedó pendiente, y podamos charlar un rato. Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya sabes, estos peces nos vuelven locos ¿no es maravilloso?. Hoy he estado yo por el río y se han reído de lo lindo de mi. Uno incluso se ha dejado tocar con la punta de la caña ¡dos veces! antes de huir despavorido. Así de concentrados estaban hozando en el fondo.
      No dudes que tengo en mente esa reunión. Un abrazo, encantado de leerte ;-)

      Eliminar