Todas las veces que me he presentado en el río, frente a los peces, no he encontrado respuesta por su parte. Inactividad total en el agua ha sido la tónica general. Al menos cuando el agua estaba presentable, porque este año de abundantes lluvias los ríos han bajado por lo general demasiado caudalosos.
Pero todo eso cambió el otro día. Un río tranquilo, en una tarde calurosa, supusieron el punto de partida ideal. Por fin hubo comunicación entre peces y pescador. Al principio todo eran huidas ante mi sola presencia. Poco después empezaron los ascensos hacia la mosca que en el último momento acababan en rotundos rechazos. Hubo que esperar al final de la tarde para conseguir una picada franca seguida de la reacción acertada del brazo al otro lado de la caña.
A partir de allí la comunicación fue plena. Incluso en algunos momentos cada presentación del engaño era seguida de una tomada. Las capturas se fueron sucediendo a buen ritmo. La mayoría por parte de truchas párvulas, aunque por lo general muy bravías en la pelea.
También hubo tiempo para la sorpresa, con ejemplares de tamaño más agradecido, sobre todo en comparación con las demás. Uno debe mentalizarse de que eso es a lo que se enfrenta cuando decide explorar un pequeño río que apenas asoma entre los juncos, tamarices y sargueras. En este marco la pesca se hace más técnica, la precisión en el lanzado es vital para conseguir que la mosca atraviese esa maraña vegetal y acabe posándose frente a la trucha correctamente. Pero todo ese esfuerzo tiene su recompensa cuando ésta decide tomar la imitación y, por fin, brinda algo que contar. Espero que esto sólo sea el comienzo de una maravillosa temporada repleta de magníficas jornadas que compartir con todos vosotros.
Un saludo y buena pesca
Buenas truchas.. Y buen relato.
ResponderEliminarCoincido contigo. Hay veces que uno no tiene la inspiración para hacer una entrada blogera.
Saludos desde Segovia.
Si a la falta de tiempo y de inspiración le añades la de capturas...
EliminarUn saludo
Esos ríos son muy técnicos y difíciles de pescar ya que en cada lance tienes trampas. Eso sí, guardan grandes secretos, grandes truchas que son muy difíciles de luchar ya que el espacio es reducido.
ResponderEliminarEnhorabuena y me alegro que hayas retomado la comunicación con el río,
saludos!
No te creas que soy muy técnico... que lo que más pesqué aquella tarde fueron juncos secos XD Yo grandes truchas no vi, aunque espero encontrarme con alguna en una próxima visita.
EliminarSaludos
Preciosas pintonas Jorge, no hay nada como la pesca en río. Esperamos ver en breve esos bonitos barbos de graells 😃
ResponderEliminarHola tocayo. La verdad es que los tengo un poco abandonados. La última vez que me acerqué a mi embalse habitual no hubo respuesta, pero tendré que darles otra oportunidad pronto. Un saludo
EliminarQuizás a veces hay que hacer un esfuerzo extra, aunque los peces no estén por la labor. Además, la pesca no sólo es capturar peces, según lo miro yo.
ResponderEliminarSaludos
Cierto Josiño. La pesca no sólo es capturar, también yo la entiendo así. Pero cuando falta inspiración alguna foto luciendo escama sirve de muleta. Por eso, aquí está la entrada. Espero que pronto vengan más (con o sin peces).
EliminarSaludos
Caray Jorge!!! me hubiera gustado ver una foto tuya metido entre esa vegetación. Como comenta Mario son ríos muy técnicos, complejos, en los cuales los fallos de lance penalizan mucho más o diría de forma total, respecto a otros ríos de más caudal y anchura. Pero unos ríos que dan un escenario de juego muy, muy divertido ;-). Un abrazo y hasta pronto.
ResponderEliminarPor supuesto yo no me vi a mi mismo, pero debía ser todo un show. La verdad es que te lo puedes pasar muy bien, aunque los peces no sean de tamaño. ¡Cada paso avanzado y cada mosca medianamente bien posada son toda una victoria! Un abrazo compañero
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