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sábado, 23 de agosto de 2014

Eterna juventud

Ya de vuelta de las vacaciones toca organizar los recuerdos y, cómo no, compartir algunos de ellos. Empiezo con mi regreso al tramo de río que me vio nacer y crecer como mosquero, al que no había vuelto desde hacía varios años. En aquella época, sin carnet de conducir, me solía desplazar hasta allí en bicicleta, con todos los bártulos (incluído vadeador) a la espalda dentro de una mochila. En este reencuentro quizá haya cambios en los medios de locomoción y en la equipación de pesca, también algo más de experiencia en el pescador, pero lo que no ha variado ni un ápice es la ilusión con la que afrontar una nueva jornada de pesca.

 

Encontré un río vivaracho, saltarín, a pesar de que una presa le corta el riego. No solo el agua parecía sana, sino también el río en sí. Ya no estaban allí los fondos colmatados de mis recuerdos, sino que gravas y arenas sueltas es lo que ahora forma el lecho. Sin embargo mucho me temo que este cambio no se debe a una mejora en el régimen de caudales de salida de la presa, sino a que la riada que el año pasado vivió el Ésera tuvo un efecto muy positivo en este tramo.


A pesar de haber pasado únicamente poco más de un año desde ese evento, la respuesta de la población trucherase hace notar. Infinidad de pequeñas truchas subían al encuentro de mi mosca aunque seguramente su pequeño tamaño provocaba que ni siquiera les cupiera en la boca y la mayoría de las subidas acababan en simulacro. Sin duda las supervivientes a la riada supieron aprovechar los fondos limpios durante la última freza y el resultado es esa explosión demográfica de pequeñinas.


Y supervivientes quedan en el tramo unas cuantas. Eso sí, conseguir clavar una de estas truchas salvajes no garantiza su captura. Saben perfectamente cuáles son sus armas y cómo utilizarlas. Saltos y piruetas, que combinan con escaramuzas bajo las rocas, les permiten en la mayoría de los casos recuperar la libertad sin haber tenido contacto con el pescador.


Espero volver a encontrarlas allí el año que viene, y que el río conserve entonces la alegría y vida que tiene este año. Ojalá se mantenga así, eternamente joven, para poder seguir reencontrándome con mi juventud con cada visita.

12 comentarios:

  1. Me has recordado mis paseos de 5 kilómetros a pata, con las botas altas puestas, de madrugada hasta llegar al tramo de río donde más pescaba en mi adolescencia. Luego todo el día sólo o casi solo, metido en el agua. Ese tramo ha cambiado bastante... Tienes mucha suerte de que el tuyo siga casi intacto. Joven.

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    1. Esperemos que siga teniendo esa suerte y el río siga así (o mejor) cuando llegue a tu edad. Y más allá.

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  2. Me has hecho recordar mis jornadas en las que había que llegar a los ríos a pie. Menos mal que tenía un tesoro a pie de casa, que fue el que me vio crecer como pescador.
    Espero que esos ríos de nuestro pasado sigan bien por mucho tiempo.

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    1. Vaya suerte, ¡debajo de casa! Aunque bueno, media hora en bicicleta tampoco es tanta paliza. Eso sí, donde veraneo, que tan cerca de mi CASA no he tenido nunca truchas. Y sí, esperemos que sigan bien por muchos años. Saludos, compañero

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  3. Me alegro que tu río se haya recuperado de esa manera, la pena es que la Administraciones no se den cuenta del potencial que tenemos en los ríos del país y que haya sido consecuencia de las crecidas de un año puntual esta recuperación.

    Espero que dure por mucho tiempo así y el año que viene sigan esas pequeñas truchas habitando ese río dejando su descendencia, un saludo.

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    1. Pues sí Mario, una pena que la Administración permanezca de brazos cruzados esperando que los ríos funcionen solos sin poner demasiados reparos a la actividad de las empresas eléctricas. En fin, esperemos que lleguen tiempos mejores para los ríos. Saludos

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  4. Me alegro de que te reencontraras con el tramo de río de tu juventud, toda una suerte sin duda.
    Casi todos los lugares en los que yo pescaba de chaval, o bien son vedados, o están totalmente deteriorados. Esperemos que con el esfuerzo de todos los ríos vuelvan a ser lo que un día no muy lejano fueron y que nuestros hijos los puedan disfrutar como lo hicimos nosotros.
    ¡Un abrazo compañero!, y enhorabuena por esas preciosas pintonas.

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    1. Hola David. La verdad es que es una suerte poder contar con este tramo que se conserva bastante joven a pesar del maltrato. Aunque por supuesto podría mejorar, es una puerta a la esperanza ver cómo las truchas se empeñan en sobrevivir. Un abrazo

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  5. Buenas. He estado varias veces en ese tramo este año y noto una disminución de peces alarmante en él, en comparación con antes de la riada. En concreto, me faltan las truchas grandes que habia el año anterior. Notaste tu eso?

    Un saludo y gracias por escribir.

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    1. Hola compañero. Gracias a ti por tu comentario. Como digo hacía muchos años que no pescaba ese tramo, así que no valgo de referencia. Pero si puedo decirte que aunque no vi ejemplares de talla que si había antes, en cuanto a cantidad lo vi muy bien. Y grandes si pude ver durante la freza el pasado diciembre. Dónde estén ahora no tengo ni idea, pero sobrevivir si sobrevivieron. Saludos

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    2. Una pena que no lo pescaras anteriormente a la riada pues era y seguramente es aun, el mejor trozo de ese rio. Recuerdo en Mayo antes de la dichosa riada que en 45 minutos sacamos entre dos 112 truchas en no mas de 200 metros de rio. No se me olvidara nunca.

      Un saludo.

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    3. Bueno, yo creo que volverá a ser como era. Las que quedaron tienen ahora un río más limpio y seguro que ahora que han dejado de meter excavadoras a diestro y siniestro pueden reproducirse. Además ahora tocan a más comida cada una, así que seguro que encontramos buenos ejemplares en pocos años. Un saludo

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