Translate this blog

sábado, 5 de julio de 2014

Razzia

Ayer el tiempo dio una tregua después de varios días de tormentas bastante intensas, así que había que aprovechar un ratín de la tarde al máximo. Como la travesía de casi 14 Km en kayak que me marqué la semana pasada me dejó bastantes buenas sensaciones decidí repetir, aunque consciente de que no tendría tiempo para tanto.


Al llegar, y a pesar de que solo soplaba un ligero viento, el panorama no era muy prometedor debido a los intervalos de nubes que iban a dificultar bastante la localización de los peces. Con esa perspectiva me dediqué a emplearme a fondo en las paladas, aspecto con el que disfruto mucho también. A falta de pesca, bueno es piragüismo. Pero conforme avanzaba el tiempo la cosa pintaba cada vez peor aunque el cielo despejó totalmente dejando una tarde radiante. No se veían peces por ningún lado a excepción de cebadas esporádicas bastante escandalosas. No los había en las orillas ni tampoco patrullando la superficie a flor de agua como el otro día. Además conforme me aproximaba a la cola del embalse el agua estaba cada vez más turbia, supongo que por efecto de las tormentas de días anteriores. Allí, entre el fango de la cola, sí detecté grupos de carpas, pero estaban entregadas a actividades mucho más libidinosas que el comer.


Conforme volvía hacia el coche mentalizado de que lo único que quedaba era disfrutar del paseo en kayak, el maná en forma de hormigas aladas empezó a caer del cielo. Éstas eran enormes y tenían colores negros a rojizos, lo que me hace pensar que quizá se trate de Camponotus cruentatus. Sea cual sea su identidad, lo importante es que poco a poco las carpas se empezaron a percatar y algunos morros se veían asomar aquí y allá por la superficie. Eso sí, no iban aspirando continuamente como el otro día, sino que se cebaban en una zona para sumergirse unos centímetros a continuación, nadando a gran velocidad hasta que volvían a subir unos metros más allá y repetir el proceso. Este comportamiento, y con el sol ya oculto tras las montañas que rodean el embalse, complicaba la pesca. La estrategia consistía en progresar hacia un punto donde estuviera cebándose un pez, parar a una distancia prudencial (generalmente ya se había vuelto a sumergir) y esperar a que volviera a aflorar para ponerle la imitación de hormiga de foam en su trayectoria.



Poco a poco algunas carpas se fueron dejando engañar de esta manera durante mi vuelta al coche. Lástima no haberme podido quedar más, ya que el viento se calmó totalmente y al anochecer el agua parecía haber entrado en ebullición. Pero no quería que la noche me pillase dentro del agua y menos sin cobertura en el móvil. Al final fue una incursión relámpago pero provechosa tanto por la remada (al final fueron 7 Km.) como por haber disfrutado de capturas y, sobre todo, de la paz que se siente cuando la orquesta de la naturaleza despliega todos sus sonidos al esconderse el sol tras el horizonte.

12 comentarios:

  1. Hace poco observé lo mismo por Madrid. Era un día tormentoso y al mirar un hormiguero estaba plagado de hormigas de ala. Una consulta Jorge ¿qué tal la visibilidad de los peces con el kayak ? es que tengo un "pato" y nunca lo he utilizado para tentar a los barbos con mosca.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Jorge. Pues como imaginarás no se ven todo lo bien que uno quisiera. Si están más o menos arriba, patrullando cerca de la superficie y subiendo esporádicamente a comer, entonces sin problema. Sobre todo si vas con seca (que es lo suyo). Eso sí, si están fondeados hozando, es más difícil tanto el verlos como el detectar la picada si, como es normal en esas situaciones, tienes que emplear una ninfa. Lo bueno que tiene el kayak (imagino que el pato lo mismo) es que te permite una mayor aproximación. Yo cuando lo compré llevaba en mente usarlo para moverme más rápidamente por los embalses, desembarcando cerca de los "puntos calientes" y pescando desde orilla. Pero en las dos últimas jornadas no hizo falta bajarme, todo lo pesqué desde el kayak.
      Espero haberte ayudado. Un saludo

      Eliminar
  2. Al final fue una jornada redonda...paseito en kayak y unas capturas para el recuerdo...enhorabuena. Lo del kayak tiene que estar genial, yo tengo un pato en casa sin estrenar...espero probarlo pronto haber como se me da...ya te contaré.

    Un abrazo amigo y a seguir así de bien.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues no te lo pienses compañero. Es un cambio de perspectiva increíble y la pesca se hace mucho más atractiva. Un abrazo

      Eliminar
  3. Hno. de los anzuelos, Jorge:
    Buena combinación, remos, anzuelos y Pez.
    Que disfrutes de cada jornada.
    Desde la Provincia de Corrientes, Argentina
    Un abrazo guaraní, y...
    Un afectuoso sapukái.-,
    http://lospasosdelpescador.blogspot.com.ar/

    ResponderEliminar
  4. Esto de la pesca en kayack, pato u otro artilugio me llama mucho la atención. No sé si voy a poder llegar a final de año sin alguna andrómina de estas... ;-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una pasada Ferrán. Altamente recomendable, ¡y muy adictivo! Un abrazo

      Eliminar
  5. Hola, Jorge. Magnifico artículo, como siempre. Yo ando liado con las truchas, de cuyo hechizo no puedo liberarme,pero el mes pasado acompañando a mi hijo que "se dedica" a otras especies, tuve una buena tarde en el otro embalse que frecuentas, esta vez con avispas, sacaría una veintena de carpas de 1-2 kg., y la verdad es que estoy enganchándome....Lo de las hormigas es una pasada como excitan a los peces.. sobre todo en septiembre y octubre....Un saludo y espero que tengas más tiempo para disfrutar como lo haces. Miguel Angel "Casiopea".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya sé dónde me dices, ya. La verdad es que allí te puedes poner las botas pescando "carpitas", aunque alguna más grande, y algún torpedo con bigotes también te puede alegrar el día allí. En cuanto a las truchas, mi última jornada también fue detrás de ellas, a ver si saco un rato y os la cuento pronto.
      Un saludo

      Eliminar
  6. Hubo un rato, de siete a ocho y media que subían muy bien, algunas hasta se "tiraban" como si fuesen truchas. Después vino tormenta y se fueron hacia el fondo. Bigotudos no vi ninguno. A esos todavía no los he tentado en embalse....mi hijo si que vio alguno paseándose por la orilla. Prácticamente solo pesco trucha y lucio a mosca, pero desde que enganché alguna carpa "importante", me está enganchando el asunto....Ciertamente son locomotoras que ponen a prueba tus nervios y tu equipo. No veas como me enderezan la caña del ocho que llevo...ahora quiero intentarlo con los tarugos que se pasean por el Ebro.... un saludo a todos. Miguel Angel. "Casiopea".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues lo de los bigotudos es una pasada. Si las carpas te están enganchando, los barbos seguramente lo harán más, aunque para gustos los colores. Algún día podríamos hacer una quedada por aquí cerca. En mi perfil tienes un enlace contactar por correo, por si te apetece... Un saludo

      Eliminar