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miércoles, 8 de enero de 2014

Cantera

Los reyes me han traído este año un regalo maravilloso: la ocasión de acercar a mis sobrinos hacia la pesca a mosca. Ellos viven en Chile, un nombre que a cualquier pescador le trae enormes salmónidos a la cabeza (y que espero aprovechar la coyuntura para poder tentar), así que sólo puedo verlos unos pocos días al año. Se han convertido, como mi hermano y mi cuñada, en los protagonistas de la versión de mi familia de un famoso anuncio de turrón.

Así las cosas las oportunidades para forjar en ellos unos pescadores se reducen, así que había que ir a lo seguro. Y lo seguro, más en esta época del año, es un intensivo. Como no creo en los intensivos en ríos, aguas públicas donde las repoblaciones provocan un impacto mucho más negativo de lo que muchos de sus usuarios/defensores creen, la opción fue uno de tipo "reservoir" que tenemos muy cerca de Zaragoza.



El resultado no podía ser mejor: los peques capturaron sus primeros peces y disfrutaron muchísimo. Por supuesto su tío también estaba encantado de verles pedir emocionados la sacadera mientras peleaban con las truchas. El punto negativo es que como no saben pescar a mosca, única modalidad permitida para practicar el captura y suelta, hubo que pescar a cucharilla y matar esas sus primeras truchas. Pero al final incluso éste iba a ser un aspecto positivo: como les dio tanta pena ver morir a las truchas me pidieron que les enseñara a pescar a mosca para poder devolverlas.Ya dieron sus primeros lances el otro día. Como cabría esperar fue un poco desastre, pero si no recuerdo mal mis primeros lances también lo fueron. Seguro que en nuestra siguiente visita, que no tardará en llegar, ya le cogen totalmente el tranquillo y devuelven al agua sus primeras truchas pescadas a mosca.

Mientras tanto, esperando que llegue ese día, aproveché para hacer con ellos algo muy propio de la época: montar moscas. También les encantó ese primer contacto con las plumas, pelos, seda y acero. Del torno salieron moscas en las que lo que menos cuenta es la factura, porque con la ilusión con la que fueron montadas seguro que pescan.



continuará...

6 comentarios:

  1. Buen relato Jorge, seguro que llevan buen recuerdo
    Un saludo

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    1. Gracias por el comentario, David. La verdad es que les encantó y están totalmente enganchados. Cada 2x3 me preguntan que cuándo volveremos. Así que a ver si encuentro un hueco... Un saludo

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  2. Continuara en Chile...no...si acaso ya te acompaño no sea que te pierdas ;-)

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    1. Bueno, la continuación más cercana quizá sea de nuevo en ese "reservoir", pero el viaje de pesca a Chile cae seguro. Ya te avisaré si eso ;-)

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  3. That was great Jorge,

    I taught me own boys to fly fish and they have done well. But teaching my oldest grandchild, a boy of 8, has been most rewarding. He's not caught a carp on the fly yet. (In fact he released his grip on a rod with a carp I hooked last year, I luckily had it dredged out with spinning gear 2 days later 100M away.) Your piece brought many good memories.

    Gregg

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    1. Yes, it's one of the best experiences a fisher can live. Unfortunately they're back at their home in Chile. But I'm dreaming on the summer times when they will be back and, hopefully, we'll be fishing again.
      Thanks for your comment

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