Translate this blog

jueves, 12 de abril de 2012

Pescando en casa

¿Qué mejor manera de aprovechar un par de horas libres que bajar al río del pueblo a pescar? Y es que toda mi vida he vivido a menos de 200 metros de este río. En él es donde empecé a pescar de crío, con alguna lombriz o maíz en un anzuelo que colgaba de un corcho.


Este pobre río sufre como pocos las épocas de sequía. Y es que un viejo embalse privado, propiedad de los regantes, provoca que en situaciones como la actual esté totalmente seco aguas abajo del mismo. Menos mal que en Muel tenemos un maravilloso manantial que lo alimenta y le da algo de caudal. Otro día os contaré la larga y tortuosa relación de este río con los embalses.


Por ese maltrato sistemático que sufre, me sorprendió ver hace un par de semanas a algunos barbos de entorno a 30 cm nadando por sus aguas. De ahí que aprovechase la tarde de ayer para bajar a tentarlos un poco, por aquello de la ilusión de pescar a mosca "debajo" de casa. Aquellos barbos habían desaparecido, y sólo quedaban algunos de alrededor de un palmo rodeados de madrillas.

Siempre hay una excepción, y en este caso era un barbo de unos 35-40 cm comiendo. Así que no había que perder la oportunidad, pero cuando le lancé mi San Juan Worm una madrilla de un palmo fue más rápida, el instinto me hizo clavar y así pescar un pececillo y asustar al barbo. La sensación de delicadeza que da un pez tan pequeño me hizo devolverlo inmediatamente, así que no hay foto. Creo que será mejor así.

Por lo menos queda el consuelo de saber que aunque sea maltratado una y otra vez este río se resiste a rendirse. No me quiero imaginar cómo estaría si se le cuidase.

2 comentarios:

  1. Madre mía, como estarían todos si se les cuidase... Buen post, Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Tienes mucha suerte de tener ese entorno tan cerca de casa. Que pena que no se cuide ni se respete el caudal minimo ecológico.

    Un saludo

    ResponderEliminar