He querido conseguir un montaje relativamente realista que sea fácil de localizar, dado que los días de lluvias y tormentas no son precisamente muy luminosos. El foam que forma el cuerpo asegura la flotabilidad, mientras que las alas de flashabou añade unos brillos que buscan llamar la atención de los peces. La visibilidad, además de con los brillos de las alas, se consigue gracias al señalizador amarillo.
Anzuelo: TMC 2487 o similar
Hilo de montaje: negro
Cuerpo: foam negro
Abdomen: chironomid braid negro
Señalizador: foam amarillo
Alas: flashabou "natural"
Patas: pelo de ciervo negro Fijamos el hilo de montaje al anzuelo y lo llevamos hacia el final del mismo. Preparamos el foam cortando una tira del ancho adecuado recortamos un extremo en punta para facilitar su atado al anzuelo.
Atamos la tira de foam hacia atrás y fijamos el chirnomid braid, que enrollaremos hasta más o menos la mitad del anzuelo dando cuerpo y brillos al abdomen.
Formamos el abdomen abatiendo la tira de foam sobre el chironomid braid y damos unas vueltas de hilo para imitar la "cinturilla" de la hormiga.
Atamos las alas en este punto y sobre ellas el señalizador. Para una mayor solidez y evitar perder las fibras de flashabou, recomiendo aplicar una gotita de cianocrilato.
Para imitar las patas atamos un mechón de pelo de ciervo dando pasadas en cruz.
Abatimos de nuevo la tira, esta vez sobre las patas de ciervo, y la atamos justo detrás de la anilla del anzuelo para formar el tórax de la mosca.
Ya solo nos queda hacer el nudo final, cortar el ciervo a la longitud adecuada y cortar el sobrante de foam para formar la cabeza.
Como he dicho en la introducción, esta imitación me ha dado buenos resultado sobretodo en los días lluviosos de octubre. Incluso mi primer barbo capturado a mosca sucumbió a esta mosca. Eso sí, hay que asegurarse de que va a llover, que sino nos puede pasar como me pasó a mí este domingo.
Si bien parecía amenazar tormenta, al final no llovíó y no hubo ni rastro de hormigas y mucho menos de la frenética actividad en superficie que suele acompañar sus eclosiones. Si a eso añadimos que nubes sí había complicando sobremanera la localización de los peces podéis imaginar que la tarde no fue precisamente coser y cantar. Además, para colmo y como podéis ver en la foto inferior, el agua estaba realmente tomada dificultando muchísimo la detección de la picada, así que me comí un bolo de los que hacen época. La única picada que tuve a un San Juan worm la fallé clavando demasiado tarde.
Habrá que volver a probar el fin de semana tras las lluvias que dicen vienen los próximos días. Esperemos que sean las primeras de una temporada de copiosas lluvias que es lo que realmente hace falta para paliar esta dramática sequía que vivimos.
Saludos y ¡buena pesca!