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viernes, 24 de agosto de 2012

Libertad

Segunda y última jornada "ibonera" en el Pirineo este año. Mientras que en la anterior sólo tuve una tomada que además acabó con la trucha escapándose, en ésta los resultados fueron mucho más numerosos. En esta modalidad de la pesca en ibones, lo que manda es el madrugón y la ascensión monte arriba hacia esas preciosas masas de agua. En esta ocasión el objetivo se encontraba a mucha mayor altitud que el anterior, y se nos hizo de día antes de llegar.



Al ir bordeando un precioso arroyo de montaña que viene del desagüe del ibón al que nos dirigíamos, la mayor dificultad, por encima de ir ganando el cansancio de las piernas durante la ascensión, era evitar la tentación de montar el equipo e intentar sacar algún pez de esas aguas.


Una vez arriba había que encarar la dura realidad: a tanta altitud el azote del viento era casi inevitable. Y de esa manera la deificultad en la localización de los peces y en el lanzado fue la tónica general de la jornada.


En estas situaciones lo que prima es no darse por vencido. Al contrario, estas jornadas nos dan la oportunidad de poner a prueba nuestras habilidades como pescadores. Encontrar los lugares donde "seguro" que habrá peces comiendo, esmerarse en el lanzado... ¡y clavar! Consejo: los días de viento no olvidéis lanzar a la espuma que suele formarse a unos metros de la orilla. Allí es donde los peces suelen buscar comida.



Este ibón me dió 6 preciosas truchas. El otro que se encuentra durante la bajada, más pequeño y menos ventoso, otras 6 me alegraron la tarde.



Como siempre, las capturas volvieron al agua con una pequeña caricia. Esa es la única manera posible de poder combinar con la pesca las maravillosas panorámicas que nos brindan estos maravillosos rincones. Y justo en ese momento, cuando el pez se libra de nuestras manos y nada libremente hacia el centro del lago, cuando uno siente la libertad. La libertad de encontrarnos en ese entorno natural y de poder brindar la libertad al ser que nos ha alegrado el día y acelerado el corazón.


A partir de ahora, vuelta a los cursos medios y bajos de lor ríos y a sus embalses, a tentar a los maravillosos barbos y carpas que, en mi opinión, no tienen nada que envidiar a las delicadas pintonas.

¡Saludos y buena pesca!

sábado, 18 de agosto de 2012

La trucha y el pino

Veraneo en Benasque (Huesca), en el extremo nororiental de los Pirineos aragoneses. Y eso en mi caso quiere decir pesca en ibones, esos maravillosos lagos de montaña excavados por los glaciares hace miles de años.

No hay nada como madrugar para subir por la montaña antes de que salga el sol imaginando los lances que esperamos que se sucedan al llegar a la lámina de agua. Después de la subida llegamos al reino del pino negro, ningún otro árbol de entidad se atreve a crecer a estas altitudes, justo cuando el astro rey asoma por entre las crestas de las montañas que nos rodean.


Estos lagos son rincones de inigualable belleza. Sólo aquí podemos pescar mientras observamos las cimas más altas de la cordillera, donde los últimos glaciares se resisten a asumir el triste destino al que la acción devastadora del hombre sobre la Tierra les condena. Sólo por eso ya merece la pena subir hasta aquí. Máxime cuando tenemos una buena compañía a la que poder enseñar estos lugares que tantas veces has pisado con anterioridad. Así, la pesca se convierte casi en algo secundario.


Pero siendo sinceros, para algo hemos subido hasta aquí. Y por ello, bien armado con las polarizadas, hay que empezar a explorar la superficie del agua. El corazón se pone a mil por hora cuando descubres varias truchas de buen tamaño buscando comida cerca de la orilla y subiendo lentamente a cebarse cuando la encuentran. Éste es un ibón pequeño, y sé que no hay muchas oportunidades. Son pocas las truchas que voy a ver y breve el periodo de actividad antes de que los turistas lleguen a sus orillas para bañarse. Por eso cuando tras dos rechaces en el último momento una muy buena trucha se decide por fin a tomar el engaño la adrenalina llena el torrente sanguíneo y el pulso se acelera todavía más. La trucha juega en casa, y sabe perfectamente a dónde ir. El esqueleto de un pino es un excelente perdedero al que sabe dios cuántas veces se habrá dirigido desde que nació.


No toqué escama, pero eso no desmereció la jornada. Con un poco de suerte el año que viene podré volver a cruzarme con la trucha del pino y, quién sabe, ganar el pulso.

¡Saludos y buena pesca!

domingo, 12 de agosto de 2012

Krusty Krab / imitación de cangrejo

Hoy os quiero presentar la última de mis creaciones en ser probada. Se trata de una imitación de cangrejo que lleva tiempo poblando mi caja pero que no había atado a mi bajo hasta la última jornada. Con las pinzas y antenas montadas en un material brillante aunque relativamente rígido (de ahí el elegir krusty, "crujiente", del restaurante donde trabaja Bob Esponja) es idóneo para atraer a las carpas que se encuentran hociqueando el fondo envueltas en una nube de lodo.


El dubbing peludo que conforma el cuerpo junto a la segmentación del abdomen le confieren un buen punto de realismo que complementa los brillos y escasa movilidad de las pinzas. Por último, los ojos de cadena y el ligero lastrado de plomo ayudan a ganar la profundidad necesaria al tiempo que equilibran la mosca.


Los materiales son baratos (el material brillante es "Chironomid braid de bazar", el caparazón es una tira de guante de vinilo pintado con rotulador permanente) pero esta mosca tiene un importante inconveniente: las dos carpas que me picaron (una de ellas verdaderamente grande) se soltaron en mitad de la pelea. Eso me hace sospechar que el anzuelo no es el más adecuado y seguiré investigando este aspecto. Ahí va la receta y el paso a paso del montaje.

Anzuelo: TMC 2312R, ATZ 6309 o similar
Hilo de montaje: rojo
Cuerpo (tórax y abdomen): dubbing de ardilla "rusty"
Caparazón: tira de guante de vinilo pintada de rojo o látex rojo
Brinca: alambre rojo
Lastrado: plomo y ojos de cadena
Antenas y pinzas: "Chironomid braid de bazar" deshilachado


Para empezar enrollamos el hilo de plomo en torno a la tija cerca de la anilla y fijamos los ojos de cadena. A continuación atamos un trocito de chironomid braid al final de la tija para formar las antenas.


Por detrás de las antenas fijamos una tira de vinilo. Pintamos la cara de la tira que quedará en el interior (de esta manera evitaremos que destiña). Para ganar volumen ahorrando dubbing podemos formar una base de antrón para el tórax.


Formamos el tórax con el dubbing haciendo pasadas cruzadas en torno a los ojos.


Detrás del tórax atamos dos trozos de chironomid braid a cada lado del cuerpo que después formarán las patas. En el mismo punto fijamos el alambre rojo que usaremos para brincar y segmentar el abdomen.


Formamos el abdomen con dubbing y abatimos la tira del caparazón sobre el cuerpo atándola justo antes de la tija. Cortamos el sobrante dejando un pedacito abierto en abanico que imitará la cola del cangrejo.

 
Segmentamos el abdomen brincando con el alambre hasta llegar a la tija.


Por último sólo queda cardar el dubbing para imitar las patas del tórax y el abdomen y deshilachar el chironomid braid para dar volumen a pinzas y antenas.

Espero que alguno decida montarla y probarla. Como decía al principio a mí me ha funcionado con carpas grandes hociqueando en el fondo levantando una nube de fango. Consiste en lanzar un poco más allá del pez e ir metiendo la imitación en la nube mediante tirones cortos y esperar a que el pez lo vea. Si lo hace, seguro que detectaréis la reacción. Si alguien tiene alguna sugerencia respecto al anzuelo, por favor no dudéis en comentarla.

Saludos y ¡buena pesca!